10 años de cárcel para el futbolista que hizo que el estadio se viniera abajo
La imprudencia de la estrella del equipo le puede salir muy cara y ya se habla de una década a la sombra y no de la del banquillo precisamente


El 10 del equipo estaba haciendo un partidazo, una auténtica exhibición de talento. Caños, regates, pases al hueco, paredes, controles, goles, era un escándalo. El público se divertía, el equipo ganaba. Todo parecía un sueño. Pero el 10 del equipo quería más, y su ambición desmedida costó muy cara a la afición. Corría el minuto 81, el ya fatídico minuto 81 cuando el 10 controló un balón con la espalda, sin dejar que cayera al suelo la tocó con el tacón haciéndole un sombrero al defensa rival, que se precipitó al suelo. Encarando la portería empezó a acelerar el ritmo, un defensa se le acercó y se llevó un caño de esos que hacen reír por lo impresionante. La jugada podría haber seguido de manera brillante, pero después del caño el estadio se vino abajo.
El estadio se cayó dejando numerosos heridos y llenando todo de polvo. En el centro de la ciudad sólo quedaron escombros. La gente horrorizada empezó a huir del lugar a ciegas por el polvo. Mientras tanto, el 10 del equipo se quedaba en el medio del campo con la pelota en los pies sin saber muy bien si seguir adelante o si parar ya que miles de personas morían a pocos metros por su culpa. Y aunque en el fútbol te enseñan que sólo importa lo que pasa dentro del campo, si al lado se está produciendo la mayor catástrofe en la milenaria historia de la ciudad, lo mínimo es parar un momento y ver qué pasa.
"El partido estaba ganado, no había necesidad de esto" Lamentaba un periodista del equipo que iba perdiendo en ese momento indignado ante la actitud del 10. No es que sea la estrella y lleve el dorsal número 10, es que el tipo se llama el 10. Cuando nació sus padres decidieron que iba a ser futbolista sí o sí y por eso le llamaron así. Su madre era algo reacia al principio pero a medida que fue creciendo dejó de ser reacia para ser simplemente persona. La caída del estadio provocará que el equipo juegue siempre como visitante y que sus goles siempre valgan doble.